La calle dedicada a Ramón Muntaner

La Calle Muntaner recibió este nombre en homenaje a Ramón Muntaner (1265-1336), caballero y escritor de la corona de Aragón. Muntaner perteneció a la Gran Compañía Catalana, ejército de infantería ligera, formado por mercenarios aragoneses y catalanes, llamados almogávares.

Ramón Muntaner escribió su famosa Crónica de Muntaner en poco más de tres años. Gracias a su trayectoria como soldado, Muntaner presenció muchos de los relatos que aparecen en su crónica. Cargada de datos históricos, la Crónica puede resultar de sumo interés para analizar ese período de la historia relacionada con la Corona de Aragón.

Para rendirle homenaje, Barcelona denominó a una de sus calles con el nombre de Muntaner. La calle es considerada una de las calles más aburguesadas de Barcelona, sobre todo el tramo que va desde la Vïa Augusta hasta la parte alta de la ciudad, la Plaza Bonanova.

Una calle con historia

El origen de la calle se sitúa el 1 de abril de 1865, conocida como la número 23 del plan Cerdà. Se orienta de este a oeste, desde la Ronda Sant Antoni (Plaza de Goya) hasta la Plaza Bonanova, cruzando l’Eixample y adentrándose en el barrio de Sant Gervasi. En total 4 km. de calle con una anchura media de 15 m. de calzada y 5 m. de acera. La calle Muntaner cruza otras importantes vías: entre ellas la Ronda General Mitre, la Vía Augusta, la Diagonal o la Gran Vía. También el sentido de la circulación es descendente, aunque antiguamente su tramo superior era de doble sentido. A lo largo de su trayecto se encuentran algunos de los edificios y monumentos más emblemáticos de Barcelona, cargados de historia. 

Es una de las calles que unen más claramente Sant Gervasi con Barcelona y lo hace ofreciendo unas vistas espectaculares de la ciudad a su paso por la falda del cerro de Monterols. Esta calle la diseñó Ildefons Cerdà en el Plan de Ensanche de Barcelona, a mediados del siglo XIX, pero sólo el previo hasta la Travessera. El Ayuntamiento de Sant Gervasi de Cazuelas vio que con su continuación era la oportunidad de unir la zona de la Bonanova con la del Galvany con un gran vial, y alargó hasta empalmar con la calle Garriga, a la altura de la calle de Islas y Vidal, que ya existía y contaba con edificios muy cerca de la plaza de la Bonanova. Hacer esta calle supuso una importante obra pública y mucho gasto que en parte la pagaron los mismos propietarios de las tierras, los más beneficiados por la urbanización. El proyecto se aprobó en 1884 y las obras terminaron en 1893. Pronto la nueva calle se llenó de casas unifamiliares y algunos de los primeros edificios de vecinos del barrio; en 1920 se hizo una nueva alineación de la parte de la calle de Garriga, que era más estrecha e irregular que el resto de vial. 

CoolMaison en la calle Muntaner

Nosotros no somos lo únicos que admiramos y somos conscientes de la importancia que ha tenido, y tiene. La calle Muntaner para la historia y el comercio de Barcelona ha sido de vital importancia. Y decimos que no somos los únicos porque los chicos de Fragments BCN también han sabido admirarla y valorarla. Enamorados de su ciudad, han querido que la esencia y la historia de Barcelona se conserven. Han desarrollado una manera muy peculiar y muy poco habitual, pero eso sí, excepcional. Preservando la historia de su ciudad natal, se encargan de rescatar las baldosas de edificios emblemáticos de la ciudad condal.

Ellos se encargan de rescatarlas, recuperarlas y restaurarlas con un proceso cuidado y mimado. 

Las baldosas de Fragments BCN vienen preparadas en un marco metálico negro mate. En su parte posterior también cuenta con fieltros resistentes para apoyarla en cualquier superficie. Puedes usarla como elemento de coleccionismo, o decoración. Además también puedes utilizarla como mesa, ya que han diseñado un soporte de acero negro para que sea encimera. No te preocupes por las posibles imperfecciones de la superficie, es historia confiriéndole más valor. 

¡Llévate Barcelona a casa!

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